Distrito refuerza Programa de Alimentación Escolar (PAE) para los más de 130.000 estudiantes beneficiarios.

Ashley Castro va todos los días a la Escuela Normal Superior La Hacienda con la seguridad de que ella y su hermana menor recibirán un plato de comida “bien delicioso”.

Ahora, ellas y los más de 3.000 beneficiados del Programa de Alimentación Escolar (PAE) en esa institución consumen sus alimentos en un comedor más amplio, gracias a la intervención de la Administración distrital para la dotación y rehabilitación de 70 cocinas y 26 comedores de los colegios oficiales.

 

 

“Son 70 comedores donde los niños están comiendo más sabroso que antes. Este comedor es nuevo, con nevera, de todo, y así habilitamos más en otras instituciones”, detalló el alcalde Jaime Pumarejo al momento de la entrega.

Del mismo modo se refirió a otros beneficios al que tienen acceso los niños y jóvenes de las escuelas oficiales de la ciudad. “Viene el bilingüismo, becas para técnicos profesionales, becas de inglés y muchas cosas buenas para Barranquilla”, aseguró el mandatario.

Por su parte, la secretaria de Educación, Bibiana Rincón, precisó que los esfuerzos del Distrito por fortalecer el PAE se deben a que este complemento alimenticio permite que los niños y jóvenes beneficiados permanezcan en su centro de estudio.

 

 

El PAE y su relación con el aprendizaje

Para Ashley, “la nutrición puede hacer que todo sea mucho mejor”. Y tiene razón, puesto que el impacto de un complemento alimenticio en el proceso académico de los niños y adolescentes que lo reciben puede ser más significativo de lo que parece.

Así lo comprueba el Centro de Estudios sobre Desarrollo Económico (CEDE) en el reciente documento: ‘El poder de un refrigerio. La alimentación escolar y sus efectos educativos en Colombia’.

Una de las ciudades de Colombia que lo entendió oportunamente fue Barranquilla. Por eso, su apuesta a la permanencia académica tiene soporte en el Programa de Alimentación Escolar, beneficiando actualmente a 130.000 estudiantes de los colegios públicos, lo que representa aproximadamente el 65 % de su población estudiantil del sector oficial.

 

 

El estudio en mención se basó en los resultados de la operación del PAE en Colombia. En el documento se lee que uno de los beneficios de la alimentación escolar es que “aumenta la permanencia de los estudiantes en el sistema escolar y mejora el logro educativo”.

De acuerdo con el documento, la probabilidad de desertar del sistema educativo disminuye, al igual que la probabilidad de repitencia. Asimismo, el estudio arrojó que la alimentación escolar aumenta la posibilidad de mejores logros educativos, medibles en las Pruebas Saber 11.

Así funciona el PAE 

Barranquilla ha recibido en tres ocasiones reconocimientos por parte del Gobierno nacional por su ejecución y buen desempeño del programa.

Adicionalmente, en junio de 2021 la ciudad recibió un aporte adicional por parte de la Unidad Administrativa Especial de Alimentación Escolar – Alimentos para Aprender, para incrementar su cobertura.

En su momento, el alcalde Jaime Pumarejo destacó que Barranquilla “no solo viene cumpliendo con todos los estándares de reporte de calidad en el PAE, sino que, al mismo tiempo, es la entidad que más creció en la atención en el programa durante un año tan difícil como el de la pandemia”. 

Adicionalmente, la entidad territorial fijó un convenio con el Programa Mundial de Alimentos (PMA) desde el año 2019 que permite beneficiar a 13.000 estudiantes migrantes matriculados en los colegios oficiales.

El Programa de Alimentación Escolar dispone, de acuerdo con lo estipulado por el Ministerio de Educación Nacional, la siguiente focalización: estudiantes en jornada única, estudiantes de primaria, población con discapacidad y etnias registrados en el SIMAT y debidamente matriculados en las instituciones educativas distritales.

De la mesa a la cabeza

El objetivo principal del Programa de Alimentación Escolar es, principalmente, aportar a la permanencia escolar de los estudiantes; sin embargo, el estudio del CEDE también logró determinar que es posible establecer su impacto en el aprendizaje de los estudiantes.

“Si la alimentación escolar promueve la asistencia escolar y contribuye a la disminución de la repitencia, además de mejorar el consumo de calorías y la nutrición de los estudiantes, es probable que estos efectos mejoren el proceso de aprendizaje, lo que se traduciría en un logro educativo más alto. La medición del logro educativo se hace a través del puntaje obtenido en la Prueba Saber 11 estandarizado por año”, se lee en el documento.

En conclusión, los resultados obtenidos indican que los estudiantes beneficiarios del programa tienen menor probabilidad de ausentarse, de desertar y de repetir grado.

“Se percibe como un incentivo para que los estudiantes asistan más a la escuela al reducir el costo de oportunidad de asistir a la escuela y facilita el proceso de aprendizaje (probablemente por la mejoría en la dieta y la nutrición y la mayor asistencia a la escuela) lo que se traduce en mejor rendimiento académico”, señala el estudio.